Iniciar el viaje de la maternidad, desde esos primeros momentos del embarazo, es una experiencia indescriptible que se enriquece a través de los vínculos. Pero, ¿qué tipo de vínculos estamos hablando? Nos referimos a esa especial conexión que, aún en su etapa prenatal, puedes comenzar a experimentar con tu bebé, pero también a esa íntima relación que desarrollas contigo misma y tu propia interioridad.
Vínculos con uno mismo: El viaje hacia la introspección
En este comienzo de una nueva vida, es frecuente estar atrapados en una rutina, olvidándonos de explorar nuestros auténticos deseos y anhelos. Esta falta de introspección puede hacer que nos sintamos desconectar de nuestro camino en la vida. Es normal, todos hemos experimentado esa sensación en algún punto.
Para reconectar con tu propósito en la vida, es fundamental escucharte, explorar tus deseos, sueños y las relaciones significativas que deseas cultivar durante la maternidad. Piensa en la voz interior como una brujúla en tu viaje hacia la maternidad. Es esa voz que susurra suavemente en tu corazón y te guía, si te tomas un momento para escucharla.
Creando un espacio para la introspección
Puedes crear un momento de introspección silenciosa cada día. Un tiempo dedicado a conectarte con aquella vocecita que está dentro. Aquí una simple técnica: la meditación. No necesitas nada complicado, solo un pequeño rincón silencioso y unos pocos minutos de tu día. Al preparar la cuna del bebé, ¿por qué no te tomas unos 5 minutos para inspirarte profundo y conectar con tus sentimientos y expectativas? Como una gota de agua en un lago en calma, cada pensamiento y sentimiento será como pequeñas ondas, extendiéndose a través de tu conciencia.
Abrazar tu mundo emocional
A menudo, el error es intentar eludir aquellos sentimientos de miedo o incertidumbre que emergen durante el embarazo. En realidad, no hay emociones 'malas'. Todas nuestras emociones son una parte vital de nuestra experiencia humana. En lugar de evitarlas,siempre es más nutritivo permitir el espacio para sentir, entender y aceptar todas nuestras emociones, por muy desafiantes que puedan ser.
¿Te sientes asustada? Está bien. ¿Sentiste una alegría increíble al imaginar la carita de tu bebé? Eso también está bien. Deja que cada emoción fluya a través de ti como un río, déjalas venir, estar, y luego marchar. Entenderás que cada una de ellas tiene su propio propósito y regalo.
La conexión con tu ser interno y tu propósito es un viaje, no un destino. No importa las veces que te desvíes, siempre puedes volver al sendero. Y recuerda, no estás sola. Al rededor tuyo está una comunidad de futuras madres, navegando esas mismas mareas.
Te invitamos a tomar un momento hoy para conectarte con tu mundo interno y meditar. ¿Cuál es tu propósito? ¿Cómo te gustaría influir positivamente en la vida de tu pequeño/a? Te alentamos a compartir tus ideas, preguntas y emociones. No importa si todo lo que tienes es una semilla pequeña de pensamiento o una montaña de preguntas, estamos aquí para acompañarte en cada paso de este camino.