¿Cuántas veces nos encontramos atrapados en la rutina y nos olvidamos del placer de jugar?
La importancia del juego libre en niños y niñas
El juego libre es espontáneo, sin reglas rígidas, y permite a los niños y niñas explorar su entorno de una forma llena de alegría y creatividad. Esta exploración es más que solo diversión, es una oportunidad única para descubrir y practicar habilidades socioemocionales, e incluso, comenzar a vislumbrar su vocación y misión en la vida. Pensemos con ternura en cómo un niño o niña puede disfrutar jugando a ser doctor/a, explorador/a o maestro/a, y las pistas que esto puede dar sobre sus inclinaciones naturales.
La relación entre el juego y el crecimiento personal
El juego permite a los niños descubrir y practicar nuevas habilidades a su propio ritmo, según sus propios intereses. Por ejemplo, a través de juegos de construcción con bloques, pueden empezar a entender conceptos de física básica y desarrollar su habilidad motriz. O recreando en juego una conversación que escucharon, pueden mostrar cómo comprenden las relaciones sociales y, a su manera, explorar diferentes maneras de expresar sus emociones.
Tips para fomentar el juego libre
- Establecer tiempos de juego: Intenta definir un tiempo al día, o incluso un día a la semana, para que tu hijo o hija pueda jugar libremente. Puede ser después de la escuela, antes de la cena, o en un momento especial del fin de semana.
- Dejarles elegir sus juegos: Ya sea pintar, jugar con bloques, o vivir una aventura en el parque local, dales la oportunidad de explorar sus propios intereses.
- No dirigir su juego: Muchas veces, como adultos, tendemos a querer controlar o dirigir el juego de los niños y las niñas. Sin embargo, es muy importante darles la libertad para que usen su propia creatividad y hagan sus propios descubrimientos.
¿Y los adultos?
El juego libre también puede ser beneficioso para los adultos. Nos permite volver a conectarnos con nuestra creatividad, con nuestra diversión, y con nuestra capacidad de exploración de la vida. Cuando jugamos con nuestros hijos o hijas, no solamente estamos fortaleciendo nuestro vínculo con ellos, sino que también estamos volviendo a observar el mundo con una mirada llena de curiosidad y asombro.
Invirtamos un tiempo valioso en explorar el mundo jugando, a nuestro propio ritmo y respetando nuestros propios intereses. Se trata de un verdadero acto de cariño hacia nosotros mismos y hacia nuestros hijos e hijas.
Te animo a reflexionar: ¿Qué lugar tiene el juego en tu vida y en la vida de tu hijo/a? Recuerda que la vida es un constante aprendizaje y todo cambio requiere de tiempo y paciencia. Si te sientes comprometido con esta idea y tienes ganas de seguir profundizando y explorando, aquí estamos para apoyarte en este camino.