A menudo nos encontramos absortos observando cómo nuestros pequeños durante el primer año de su vida, intentan emular cada uno de nuestros movimientos e imitar nuestros hábitos. Esta admiración e imitación son claves para su aprendizaje. ¿Cómo podemos, como figuras de autoridad, emplear esto para su máximo beneficio?
Imitación y aprendizaje: un instinto innato
Desde muy temprana edad, los niños y niñas desarrollan una estrecha conexión con sus padres y personas de referencia, comenzando a imitar sus gestos, palabras e incluso emociones. Este es un escenario común en cualquier hogar: imagina a tu pequeño o pequeña intentando atarse los cordones de los zapatos a pesar de apenas poder caminar, o intentando formular palabras al escucharte hablar con alguien. En términos simples, es como si estuvieran aprendiendo a volar observando a las aves. Este instinto natural de imitación es un recurso poderoso, que nos permite guiar y moldear su crecimiento de manera armónica y respetuosa.
El papel de las emociones y el comportamiento
Más allá de lo que decimos, es crucial ser conscientes de nuestro comportamiento, lenguaje corporal y emociones. Los niños y niñas en su primer año están en una etapa de observación constante y absorben todo a su alrededor. Si estamos enojados, es probable que copien nuestros malos hábitos. Si estamos serenos y felices, es más probable que imiten nuestra tranquilidad. Recordemos que las emociones son como ondas en un estanque: se propagan y pueden ser captadas, especialmente por los más pequeños.
¿Modelos de perfección o de humanidad?
A veces, tendemos a mostrar solo nuestra 'mejor cara' a nuestros hijos o hijas, omitiendo que somos humanos y que cometemos errores. Pero, ¿acaso no es esencial enseñarles que está bien cometer errores y que lo importante es aprender y crecer a partir de ellos? Permitámonos ser humanos frente a ellos, a demostrarles que todos podemos tener malos días, pero lo importante es cómo gestionamos nuestras emociones y conflictos. Así, estaríamos favoreciendo su desarrollo emocional y su resiliencia frente a las dificultades de la vida.
Consejos para potenciar el aprendizaje por imitación
- Conciencia de nuestras acciones: Recordemos que somos su modelo a seguir: cada palabra, cada gesto, cada emoción será almacenada y procesada por nuestros pequeños.
- Mostrar nuestra humanidad: Enséñales a gestionar los errores y los malos días de manera constructiva, mostrándoles que la perfección no es un objetivo, sino más bien aprender y crecer cada día.
- Fomentar su individualidad: Aunque la imitación es un pilar en estos primeros años, también es clave promover su personalidad y permitir su desarrollo a su propio ritmo.
La imitación y la admiración son procesos naturales llenos de magia, por los que alentar y guiar a nuestros hijos e hijas en su aprendizaje es un privilegio. Su capacidad para absorber y aprender de nosotros es uno de los regalos más significativos que tienen durante sus primeros años de vida.
Te invito a reflexionar sobre lo que te gustaría que tus hijos o hijas imitaran de ti. ¿Cómo puedes convertirte en un mejor modelo a seguir para ellos? ¿Qué comportamientos y reacciones quisieras que absorban?
Si tienes alguna pregunta o inquietud, no dudes en pedir ayuda a Rudi, siempre estamos aquí para ayudarte a potenciar esta etapa tan maravillosa. Recuerda, la capacidad para guiar con amor y respeto a tu hijo/a es también una de tus virtudes más valiosas. ¡Eres una gran influencia en su vida, hagamos que sea la mejor posible!