Cómo Navegar la Autonomía Emocional en el Primer Año de Vida

¿Cómo entender la autonomía emocional en el primer año de vida?

¿Has llevado alguna vez a tu bebé a la guardería por primera vez y te has sentido como si el corazón se te saliera del pecho? Puede que te sientas agobiada/o, que no puedas dejar de pensar en lo que se siente tu pequeño/a al separarse de ti. Este es un sentimiento común en nosotros, madres y padres. A veces, olvidamos que nuestros bebés también poseen una rica vida emocional. Hoy exploraremos lo qué sucede en este mágico y, a veces, angustioso periodo de transición hacia la autonomía emocional.

El poder de los lazos parentales

Es totalmente normal que un niño o niña de un año se sienta temeroso/a y lloroso/a cuando se tiene que separar de ti– su principal fuente de seguridad y amor. Esta respuesta es conocida como angustia por separación. Frente a la despedida, tu pequeño/a puede experimentar emociones fuertes como miedo, tristeza o frustración. Y es que, en este momento, esas emociones están apareciendo y creciendo en su animico. Pero estas sensaciones, por fuertes que parezcan, son parte del crecimiento emocional. Son como pequeñas semillas que, con paciencia y amor, florecerán en una hermosa autonomía.

La despedida, un rito con amor

Ante el inevitable momento de la despedida, todo lo que podemos hacer es preparar el terreno para que esas semillas de autonomía crezcan de la mejor forma posible. Un tip clave para esto es establecer una rutina de despedida, un dulce y corto ritual que ayude a tu hijo/a a sentirse seguro y amado. Podría ser algo tan sencillo como darle un abrazo, un beso y decirle 'Mamá (o Papá) volverá enseguida'. Este sencillo acto ayuda a darle estructura a su mundo emocional y a entender que las despedidas son tan solo temporales.

Superando la separación

Quizás te has sentido tentada/o alguna vez a escabullirte cuando tu pequeño/a no está mirando para evitar el llanto. Pero, tratar de evitar la despedida solo puede generar más inseguridades y ansiedad en ellos. En vez de eso, enfócate en hacer de la despedida un momento de amor y tranquilidad, asegurándole a tu pequeño/a que, aunque no estés cerca, siempre estarás ahí para él/ella.

Confía en el proceso

Cada niño o niña es único/a, tiene su propio ritmo y su propia forma de navegar por las emociones. Si tu hijo/a está teniendo dificultades con estas primeras experiencias de separación, no te preocupes. Solo está necesitando más tiempo para entender y adaptarse a su nueva fase. Recuerda que con cada día que pasa, tu pequeño/a está creciendo y dando pequeños pasos hacia su autonomía emocional.

De esta forma, podemos entender estos momentos de incertidumbre como cimientos sólidos para su desarrollo emocional. Sigamos juntos comprendiendo mejor estas transiciones y recordemos que cada despedida es también un reencuentro y cada lágrima, una prueba de amor que fortalece su autonomía emocional.

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