La magia de lo cotidiano: reconocer la belleza en cada pequeño detalle
No hay nada más encantador que sorprenderse con la belleza que nos rodea a diario, la más sincera y verdadera, la que pasa a menudo desapercibida. Esta belleza, como una caricia para el alma, se encuentra en los colores, formas, sonidos y movimientos, incluso en la risa de un bebé. Por eso, es tan valioso que desde el comienzo de sus vidas podamos ayudar a nuestros pequeños a descubrir y percibir esta belleza en todo lo que los rodea.
Arte y expresión: un camino hacia la apreciación de la belleza
El arte, en todas sus formas, es una potente herramienta para cultivar la sensibilidad hacia la belleza. Imagina que cada canción es una cascada de colores y sonidos que acaricia los sentidos de tu pequeño/a, cada movimiento de sus manitas y pies al ritmo de la música es como pintar en un lienzo imaginario, cada historia contada es un mundo mágico que dibuja en su mente.
Veamos un ejemplo. Puedes hacer de la hora del baño un momento mágico, permitiendo a tu hijo/a explorar la belleza del agua fluyendo a través de sus deditos, las burbujas danzando y desapareciendo, e incluso la melodía del agua al llenar la bañera. ¿Has notado algo tan simple como el agua agregar una pincelada de belleza al día de tu pequeño/a?
Apreciar la belleza de lo natural
Más allá de la belleza que se encuentra en las creaciones humanas, está la que reside en la naturaleza. Piensa en un florecimiento de flores, el arrullo de los pájaros o el viento susurrando entre las hojas. Son experiencias cotidianas llenas de belleza, esperando pacientemente para ser descubiertas.
Invita a tu hijo/a a explorar la belleza en la naturaleza. Un paseo por un parque o una huerta pueden transformarse en una aventura llenada de estímulos artísticos. Los colores vibrantes de las flores, el canto de los pájaros o la interminable danza de las hojas en el viento, que a tu pequeño/a le encantará ver y experimentar. Todo un arte que espera ser descubierto.
Mensajes en botella: la belleza en las pequeñas señales
Los primeros pasos en este recorrido de percepción y apreciación de la belleza pueden ser sutiles. Y está bien. Observa los pequeños destellos de interés de tu pequeño/a, como la sonrisa que dibuja mientras juega con las burbujas de baño, o el deleite en sus ojos cuando ve una mariposa volando en el parque, o ese balanceo espontáneo al ritmo de una canción. Parecen pequeñas señales, pero en realidad son enormes banderas que demuestran que está en camino de descubrir la belleza en su mundo.
Por último, querido/a amigo/a, no existe un arte correcto o incorrecto para acercar a nuestros niños a la belleza. Cada familia tiene su propia danza, su propia melodía. El verdadero arte radica en ser nosotros mismos la esencia de la belleza a apreciar. Recordemos cómo admiraban nuestros ojos cuando éramos niños. Volvamos a encontrarnos con ese niño/a interior y mostremos a nuestros pequeños el arte de apreciar la belleza en lo cotidiano. Te invito a empezar hoy. ¿Qué pequeña pincelada de belleza añadirás al día de tu pequeño/a?