Te has preguntado alguna vez cómo ven los pequeños de un año el mundo que les rodea. ¿Te has detenido a observar su asombrosa capacidad para descubrir, experimentar y aprender de todo lo que está a su alcance? Hoy, hablaremos de iniciar el pensamiento sensorial desde el primer año de vida, una etapa esencial para el desarrollo de tu hijo o hija.
El Mundo Bajo la Mirada de un Infante
Nosotros, como adultos, percibimos e interpretamos el mundo de manera constante, tanto de forma consciente como inconsciente. Sin embargo, para los niños y niñas en su primer año de vida, este proceso de reconocimiento del entorno es absolutamente nuevo y fascinante.
Imagina, ser tan pequeño/a y estar rodeado/a de un sinfín de texturas, colores, sonidos y olores, cada uno de ellos aportando una pieza al complejo rompecabezas que es nuestro entendimiento del mundo. Este proceso sensorial, aunque pueda parecer abstracto a los ojos de un adulto, es una forma enriquecedora y lúdica de cultivar el pensamiento en los niños y niñas.
Desde lo Sensorial a lo Imaginativo
El desarrollo sensorial se presenta como una puerta abierta al pensamiento. Los pequeños, a través de sus sentidos, empiezan a interpretar lo que pasa a su alrededor, a formar en su mente imágenes que les permiten poner en palabras sus vivencias y emociones. Este es el maravilloso paso de la percepción sensorial al mundo imaginativo.
Probablemente has notado cómo tu hijo/a se maravilla al tocar la tierra húmeda, cómo sus ojos se amplían al escuchar el canto de un pájaro o cómo una simple hoja puede convertirse en el protagonista de un momento de juego. Todo esto no solo es parte del reconocimiento sensorial, sino también del desarrollo de la imaginación, una herramienta poderosa para la evolución del pensamiento.
El Camino hacia el Pensamiento Abstracto
Lo sensorial y lo imaginativo son piezas clave para entender cómo se inicia el camino hacia el pensamiento abstracto. El niño o la niña, mediante experiencias reales y tangibles, comienzan a dibujar en su mente ideas y conceptos que más adelante les ayudarán a comprender nociones más complejas.
¿Cómo puedes ayudar en este proceso? Aquí te presentamos algunas recomendaciones:
- Asegúrate de ofrecer a tu pequeño/a un entorno seguro y lleno de estímulos variados que le permitan explorar sus sentidos.
- Comprométete a estar presente durante sus momentos de exploración, compartiendo su asombro y facilitando un espacio seguro para su curiosidad.
- Respeta su ritmo de aprendizaje y evita apresurar este proceso, cada niño o niña tiene su propio tiempo de desarrollo.
Recuerda, la finalidad no es acelerar el camino de tu hijo/a hacia el pensamiento abstracto, sino más bien acompañar y facilitar su viaje de descubrimiento y aprendizaje.
Un Viaje que no termina
Es fundamental entender que el camino de aprendizaje sensorial se extiende mucho más allá de la niñez. A lo largo de toda la vida, seguimos descubriendo y aprendiendo hasta llegar al punto donde cada experiencia se convierte en parte de una constante danza entre lo tangible y lo abstracto, entre la realidad y nuestra percepción de ella.
Así que te invitamos a que hoy, tomes un momento para apreciar e interactuar con el mundo a través de tus sentidos. Observa a tu hijo/a, descubre nuevas formas de guiarlo/a y reafirma tu propio desarrollo haciendo consciente lo sensorial. Date un momento para disfrutar de lo que te rodea, reflexiona sobre cómo esto afecta tu pensamiento y cómo puede ayudar a tu pequeño/a a iniciar su propio camino de desarrollo.
Te animamos a compartir con nosotros tus experiencias y reflexiones. Al final del día, estamos juntos en este viaje de aprendizaje, descubrimiento y crecimiento. Si tienes alguna duda o quieres saber más, estamos aquí para ayudarte.