Contemplas a tu pequeño de dos años mientras ejecuta con soltura su incesante ritual verbal: repite cada palabra que pronuncias, con una convicción que te desconcierta a la par que te asombra. No habla por conversar, sino por el puro placer de encarnar el lenguaje. Te resulta fascinante y, al mismo tiempo, agotador. Pero, ¿sabías que en cada palabra balbuceada, tu hijo/a está dando vida a su individualidad espiritual, su Yo?
El 'yo' como encarnación de la individualidad espiritual
Imagina que, de la misma manera que un escultor despliega su arte dando forma a un bloque de mármol, tu pequeño va tallando su individualidad en cada palabra que pronuncia. Cada vez que repite una frase, está dando un golpe de cincel a la piedra bruta de su Yo, definiendo quién es como un ser único y singular. No es de extrañar que haya momentos en que te sientas como en una cantera, bajo un constante chorro de palabras y ruidos.
Pero guarda la calma, amado padre, amada madre. Nuestra labor en este ciclo, que se extiende desde los primeros días de vida hasta los 21 meses, es apoyar este proceso de encarnación del Yo, no silenciarlo. Y lo hacemos con todo nuestro amor y paciencia, pues la clave del apoyo está en ellos.
Cómo potenciar la expresión del Yo en los primeros años
No necesitamos un manual de instrucciones para apoyar a nuestros hijos/as en este viaje del Yo. Estrategias prácticas, sencillas y cotidianas, que posiblemente ya estés aplicando sin darte cuenta, pueden hacer la diferencia. Por ejemplo, responder de manera calmada a sus palabras, mostrándole que le escuchas, que cada sonido que emite tiene significado para ti. No importa si no comprendes completamente lo que está diciendo. Lo importante es que se sienta escuchado/a.
¿Sueles cantarle a tu hijo o hija durante el baño o mientras le vistes? ¿Conversas con él o ella durante las actividades diarias, contándole lo que haces y por qué lo haces? Si es así, felicitaciones. Estás ayudando a que su yo fluya con cada melodía y cada palabra.
El lenguaje es solo una parte de la expresión del Yo
Es fácil caer en la ansiedad paternal o maternal. Temer que si nuestro hijo o hija no comunica con perfección cada pensamiento, estamos fracasando en nuestra labor de apoyo. Recuerda, el lenguaje es solo una parte de la expresión del Yo, y es completamente normal que tome algún tiempo dominarlo. Tal vez, el bloque de mármol tiene una dureza inesperada, o la forma que adopta es distinta a la que habíamos previsto. Pero se sigue esculpiendo, palabra a palabra, día a día.
Si en alguna ocasión sientes que estás nadando contra la corriente, no olvides: acá en RUDI, somos tus compañeros y aliados en este viaje maravilloso y a veces desafiante de la crianza. Nuestra misión es brindarte herramientas, estrategias y un rincón seguro donde explorar tus preguntas e inquietudes. Creemos firmemente que juntos podemos hacer de este acto de amor que es la crianza, una experiencia enriquecedora y plena.
¿Estás listo/a para seguir potenciando la expresión del Yo de tu hija o hijo a través del habla? Te invitamos a compartir tus experiencias y a continuar esta conversación en RUDI, donde estamos para ayudarte a redescubrir la magia de la infancia y la belleza de la crianza. Y si tienes más preguntas sobre cómo ayudar a tu pequeño/a o si necesitas hablar de tus inquietudes, no dudes en preguntar. Estamos aquí para acompañarte y para escucharte.