¿Alguna vez te has detenido a pensar en cómo ha crecido tu hijo/a de 4 años? ¿Te has maravillado viéndolo/a subir y bajar escaleras, saltar sobre un charco de agua o correr hacia ti con los brazos abiertos?
Estas acciones que parecen tan simples son de gran importancia para su desarrollo físico, ya que a través de éstas, el niño/a va fortaleciendo su autonomía corporal, esenciales para el avance de sus habilidades motrices y su percepción espacial.
La configuración del cuerpo físico y su rol en la autonomía
Al hablar de la 'configuración de su cuerpo físico', nos referimos al proceso por el cual el niño o la niña empieza a percibir su cuerpo como algo independiente a su entorno, y comienza a descubrir su capacidad para moverse y explorar el mundo a su alrededor. Este proceso, aunque pueda parecer lento, es uno de los pilares fundamentales en el fortalecimiento de la autonomía corporal.
Imagina, por ejemplo, un juego de roles donde uno es una mariposa que vuela libre por el jardín, saltándola desde una flor hasta otra. Este tipo de actividades contribuirá a que el niño/a vaya estableciendo una conexión con su cuerpo y comprendiendo sus límites y posibilidades.
Movimiento y la conexión con el espacio
Además del juego de roles, existen otras actividades que también son fundamentales para reforzar su desarrollo físico. Los bailes, carreras de obstáculos, subir y bajar escaleras, por mencionar algunas, son actividades que permiten al niño/a comprender las relaciones de su cuerpo con el espacio, y a medir sus capacidades para moverse dentro de dicho espacio.
Por ejemplo, al desafiarlos/as a pasar por debajo de una cuerda, a saltar sobre una colchoneta o a trepar por un andamio, les estamos permitiendo a nuestros pequeños descubrir sus capacidades y reforzar su confianza en sus movimientos. Es como si estuvieran en un campo de exploración, donde cada acción los/as lleva a descubrir algo nuevo de sí mismos/as.
Superar los errores y el respeto al ritmo personal
Es importante entender que en este camino de descubrimiento y desarrollo, es normal que cometamos errores. Pero no te preocupes, es parte del aprendizaje. Un error común, por ejemplo, es querer proteger demasiado a nuestros hijos/as, limitando su movimiento por miedo a que se lastimen. Pero recuerda que la clave está en crear un ambiente que sea seguro para el niño/a, donde pueda tener la libertad de moverse y explorar a su ritmo.
Cada niño/a tiene un ritmo diferente y debemos respetarlo. Algunos/as pueden ser más agiles, mientras que otros/as pueden requerir un poco más de tiempo para realizar ciertas acciones. Lo importante es que no desesperes, confía en su capacidad de autodescubrimiento y dale el apoyo, paciencia y amor que necesita en esta etapa.
Esperamos que estos consejos te inspiren y te ayuden a comprender mejor el proceso de desarrollo físico de tu hijo/a. Nos encantaría que los pongas en práctica y veas cómo tu pequeño/a va ganando autonomía y confianza en su cuerpo. ¡Y recuerda que en Rudi estamos siempre disponibles para acompañarte en este maravilloso camino de la crianza!