Hola, familia RUDI, ¿has tenido la oportunidad de observar cómo tu peque de 3 años muestra su desacuerdo meneando un revés con su pequeña manito o pone su más radiante sonrisa cuando algo parece que le ha fascinado? Este lenguaje es la hermosa evidencia de cómo la formación del juicio moral comienza a añadir color a su pintura emocional del mundo.
El lenguaje del corazón primero.
Los niños, especialmente a la edad de tres años, conectan con el mundo a través de su corazón más que a través de su mente. Quizá te preguntes cómo es que esto ocurre. Bueno, te lo pintaré de una forma simple: imagina que el corazón del niño es como una esponja suave que entra en cada rincón, palpa, siente, absorbe... percibe todo el ambiente y sus personas antes de que pueda ponerle nombre a lo que está sintiendo. Este es el camino a través del cual el peque sabe lo que está bien o está mal, lo que es beneficioso o dañino; no por su mente que aún se está desarrollando, sino por su corazón.
El corazón y la noción de lo bueno.
El amor, la bondad, la justicia... ¿te has preguntado cómo tu peque percibe estas formas abstractas de lo bueno? Si no has tenido el chance de reflexionarlo, te invitamos a hacerlo. Verás que no nos nacen con una definición académica de lo que es el bien, lo aprendemos, pero lo aprendemos desde el sentimiento. Un niño comprende que compartir, ayudar, o no hacer daño a otros es bueno, porque al hacerlo siente algo agradable en su corazón.
Por ejemplo, el niño que al compartir su helado con su hermanito siente la alegría reflejada en el rostro de su hermano, percibe esto como algo bueno. En contraste, el niño que experimenta la tristeza del amiguito al que quitó su juguete, siente que algo no está bien. Es a través de estas experiencias emotivas que los pequeños comienzan a desarrollar su sentido de juicio moral.
Acompañar el camino emocional
Como padres o cuidadores, sumergirnos en esta travesía emocional con nuestro peque podría parecer desafiante, pero no te preocupes, te damos varias ideas prácticas para que puedas tomar de la mano a tu peque y andar juntos en este recorrido:
- Predica con el ejemplo: Demuestra en tus gestos y acciones que lo 'bien hecho' es ...
- Ser amable con los demás,
- Ayudar al que está en apuros,
- Cuidar la naturaleza,
- Respetar las normas.
- Habla de sentimientos: Cuando estén viendo una película o leyendo un cuento, ayúdale a ponerle nombre a lo que está sintiendo y luego ayúdale a conectarlo con la acción del personaje.
- No juzgues sus emociones: Si vives con tu peque una situación emocionalmente desagradable, permítele vivirla, no trates de corregirla. Aquí es donde aprenderá algo fundamental para la vida: gestionar sus propias emociones.
El ritmo de cada niño/a
Puede ser fácil caer en el error de esperar progresos rápidos o que tu hijo/a comprenda conceptos morales que quizás tu mismo te tomó años interiorizar. Cada uno de nuestros peques tiene su propio ritmo y es nuestro deber respetarlo. Evita compararle con otros niños o presionarle, en su lugar, felicita y celebra sus pequeños avances, por más mínimos que te parezcan.
No olvides, somos caminantes, no guías. Somos compañeros de viaje, no conductores. Tu peque hará el viaje a su tiempo. Tú simplemente debes estar ahí para acompasar tus pasos con los suyos. ¡Ánimo! Estás equipado con todo lo que necesitas para apoyar a tu peque en su desarrollo moral y emocional. Gracias por compartir con nosotros este camino de crecimiento.
¿Has tenido la oportunidad de afrontar una situación que desencadenara una discusión moral con tu peque? ¿Cuál fue su reacción? ¿Qué aprendiste de ello? Te invitamos a reflexionar y compartir tus experiencias. Recuerda, somos la familia RUDI y juntos podemos aprender más. ¡Hasta la próxima!