Crisis del Rubicón: Navegando confiadamente la etapa de los 9 años

¿Has observado que los niños suelen tener un comportamiento algo inusual alrededor de los nueve años? Este fenómeno que puede parecer curioso, lleva el nombre de 'crisis del rubicón'. Si es la primera vez que escuchas de esto, te estarás preguntando ¿qué tiene de especial el rubicón?

Adentrándonos en la 'crisis del rubicón'

La crisis del rubicón es una etapa natural y necesaria en la evolución emocional de un niño. Es un momento marcado por intensos cambios de comportamiento y emociones, donde tu hijo o hija empieza a observar y cuestionar con mayor intensidad su entorno. Esto puede manifestarse en inseguridades, frustraciones e incluso timidez o ansiedad.

Es como si estuvieran cruzando un puente imaginario hacia un nuevo mundo, un mundo en el que de repente se ven a sí mismos y a su entorno con una nueva mirada. Y esta nueva perspectiva puede ser tanto asombrosa como intimidante.

Entendiendo los cambios de la crisis del rubicón

Un ejemplo cotidiano de este tipo de comportamiento puede ser que tu hijo/a se cuestione por qué tiene el nombre que tiene, o por qué su familia es cómo es y no de otra manera. Pueden surgir preguntas sobre su lugar en el mundo, que reflejan este deseo latente de sentir que pertenecen y encajan.

Este tipo de pensamientos y preguntas son una señal de que tu hijo/a está intentando entenderse a sí mismo/a y su lugar en el mundo de una forma más consciente. Es, por tanto, una fase crucial para fundamentar una confianza básica en su entorno humano.

Acompañamiento consciente durante la crisis del rubicón

Estás franqueando un territorio nuevo y desconocido junto a tu hijo/a y es natural sentirse un poco perdido. Aquí van algunos consejos que pueden ayudarte con el proceso:

  • Sé comprensivo/a: Los cambios que experimenta tu hijo/a durante esta etapa pueden ser abrumadores. Tú eres su porto seguro, la figura en la que pueden confiar. Hazles sentir que sus emociones son válidas y que estás allí para ellos/as.
  • Acepta sus dudas: Permíteles expresar sus miedos e incertidumbres. En lugar de ofrecer respuestas inmediatas, intenta ayudarles a descubrir sus propias conclusiones de manera respetuosa.
  • Establece rutinas: Las rutinas ofrecen una sensación de estabilidad y seguridad que puede ser de gran ayuda. Esto puede ser tan simple como mantener horarios consistentes para las comidas y dormir.

No te preocupes si sientes que no tienes todas las respuestas o soluciones. Tu trabajo no es resolver todo para tu hijo/a, sino ayudarle a navegar por este ritmo de crecimiento. Cada paso que toman, por pequeño que sea, es un paso hacia su autodescubrimiento y autoafirmación en el mundo.

¿Y qué tal si te dijéramos que hay un lugar donde puedes aprender más sobre las etapas de crecimiento y enfrentarlas de manera consciente? ¡Rudi está aquí para ti! Si tienes alguna pregunta sobre cómo acompañar a tu hijo o hija durante la crisis del rubicón o cualquier otro tema relacionado con su desarrollo emocional, no dudes en preguntarle a Rudi.

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